Diluvio 2002
Tango
Música: Héctor
Dengis
Letra: Bibí Albert
No para de llover
y no es casualidad.
Llovió el verano
entero en la ciudad.
Legó un otoño que
hace juego
con el verde del
dinero
que te seca, sin
embargo, sin piedad.
No para de llover
ni piensa en
aclarar.
El clima no es más
tema a conversar.
Se ha vuelto tal
monotonía
que ha perdido la
poesía
y la agenda se nos
llena de humedad.
De tanto ser
pescados el habitat cambió.
Vivimos inundados,
ahogados de dolor.
Mordimos el anzuelo
que caro nos costó.
Se corre el
maquillaje de la resignación.
Subtropicales.
Subhabitantes.
Jugamos con el
Fondo
y al fondo todo
fue.
Sobrevivientes.
Sobremurientes.
No queda ni el
recurso
del Arca de Noé.
No para de llover.
No para de llorar.
El alma se enmohece
de esperar.
La calle es duelo
de paraguas,
pobre esgrima de
nostalgias.
¡Si la mufa nos
dejaran exportar!
No para de llover.
Ninguna novedad.
El sol está cansado
de colgar
tras el telón
apolillado
de ese cielo tan
cerrado
que sin visa no
podemos remontar.
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